La Puerta de San Florián

Si aprecias lugares donde la modernidad se entrelaza libremente con una fascinante historia, y donde se pueden encontrar extraordinarias obras maestras de la arquitectura medieval, seguramente estarás interesado en la Puerta de la Gloria. Solía ser el comienzo de la Ruta Real hacia el Wawel y hoy en día da la bienvenida a los visitantes de la Plaza del Mercado de Cracovia. La Puerta de San Florián debe su nuevo nombre a las reliquias de San Florián, el santo patrón de los bomberos, trabajadores del acero y barrenderos, que se encuentran en la cercana Basílica.
En la Edad Media, Cracovia estaba rodeada por una sólida muralla con ocho puertas defensivas. La Puerta de San Florián es la única que ha sobrevivido hasta nuestros días. Solía ser el comienzo de la Ruta Real hacia el Wawel y formaba parte de la ruta desde Kleparz hasta la Iglesia de San Florián.
Las murallas se derrumbaron a principios del siglo XVII, durante los primeros años de existencia de la Ciudad Libre de Cracovia. Gracias a la eficaz intervención de Feliks Radwański, profesor de la Universidad Jaguelónica, la decisión de demolición no incluyó la Puerta de San Florián. El argumento presentado por el famoso arquitecto fue el viento desfavorable contra el que la puerta protegía, y, para deleite de los entusiastas, historiadores y turistas, lo sigue haciendo hasta el día de hoy.
La Puerta de San Florián y la sección adyacente de la muralla también sobrevivieron a posteriores intentos de demolición. Su defensor fue Władysław Czartoryski, quien propuso una nueva función para el sitio histórico: una capilla familiar. El tercer y último intento de demoler el edificio tuvo lugar en el siglo XX, durante la reconstrucción de las líneas de tranvía. Afortunadamente, también fracasó.
Actualmente, la Puerta de San Florián es uno de los elementos de la ruta turística "Murallas Defensivas", gracias a la cual los visitantes pueden admirarla no solo desde el exterior, sino también entrar en el interior de la Capilla Czartoryski neogótica. Hoy en día, el monumento no solo es uno de los símbolos más importantes de la ciudad real, sino también una visita obligada en el mapa turístico de Cracovia.