Catedral de Wawel

La catedral de San Estanislao y San Wenceslao en Wawel ha sido a lo largo de los siglos la iglesia de la coronación real y el lugar de descanso de ilustres polacos. La catedral encierra pinturas murales de excepcional belleza, valiosas obras de arte, una rica colección museística y la campana más famosa de Polonia, que lleva el nombre de su fundador, el rey Segismundo I el Viejo. La construcción de la catedral de Wawel comenzó alrededor del año 1000, aunque la forma actual de la basílica gótica de tres naves data del siglo XIV. El espacio central alberga un altar y las reliquias de San Estanislao, obispo y patrón de Polonia, que murió en el siglo XI tras un conflicto con el rey Boleslao el Temerario. Sobre la entrada de la catedral cuelgan los huesos de una ballena, un rinoceronte y un mamut, ya que antiguamente se creía que estos restos protegerían al templo de los malos espíritus. De las diecinueve capillas que rodean la catedral, una especial atención merece la Capilla de Segismundo, la obra renacentista más destacada de Polonia, también conocida como "la perla del Renacimiento al norte de los Alpes". Merece la pena ver la capilla Swietokrzyska con la lápida de mármol del rey Casimiro Jagellón tallada por Wit Stwosz, y la capilla de los Vasa, construida en estilo barroco. En las bóvedas de la catedral de Cracovia se encuentran las tumbas reales, lugar de descanso no solo de los monarcas polacos, sino también de príncipes, héroes nacionales o bardos. Aquí están enterrados, entre otros, Tadeusz Kościuszko, Józef Piłsudski, Juliusz Słowacki y Adam Mickiewicz. Desde el exterior, la catedral está rodeada por tres torres que se elevan sobre la colina de Wawel. La Torre del Reloj está coronada por un casco barroco de Kacper Bażanka, mientras que en la Torre de las Campanas de Plata las campanas que cuelgan contienen una mezcla de plata. Al norte se encuentra la famosísima Torre de Segismundo, con su campana "Segismundo". Su sonido puede escucharse en ocasiones festivas, celebraciones eclesiásticas e importantes acontecimientos nacionales. Se dice que quien suba a la torre y toque el corazón de la campana siempre volverá a Cracovia