El Dragón de Wawel y otras leyendas del Castillo de Cracovia

15 de septiembre de 2021

El Dragón de Wawel y otras leyendas del Castillo de Cracovia
15 de septiembre de 2021

El Castillo Real de Wawel es sin duda el monumento más valioso de Cracovia, hogar histórico de los gobernantes polacos. Fue tras sus muros que los reyes tomaron decisiones que tuvieron un impacto en el destino del estado. No es de extrañar que muchas leyendas hayan surgido en este lugar, contadas con entusiasmo por los habitantes de Cracovia y registradas por cronistas.

La leyenda del Dragón de Wawel

La leyenda más famosa asociada con Wawel es, por supuesto, la del dragón que vivía en la cueva debajo de la colina del castillo. Hacía lo que los dragones suelen hacer: molestaba a los campesinos quemando sus tierras de cultivo, comiendo su ganado o, ocasionalmente, una virgen. El legendario rey Krak, que no permitiría tales ofensas, especialmente debajo de su propia casa, decidió deshacerse del problema. El rey ofreció una generosa recompensa por matar al dragón. Como de costumbre: un saco de oro, una parte del reino y la mano (por supuesto, con toda la princesa) en matrimonio. Cuando se difundió la noticia, los caballeros más valientes comenzaron a llegar a Cracovia. Sin embargo, ninguno de ellos fue capaz de matar a la bestia. El Rey estaba empezando a perder la esperanza, pero de repente, un candidato inesperado para matar al dragón apareció en el castillo: el zapatero local Skuba. Skuba no parecía un luchador. Era un chico común; no tenía armadura ni armas. Sin embargo, en lugar de acero y músculos, tenía algo más valioso: astucia e inteligencia. Tenía una idea de cómo derrotar al Dragón de Wawel por engaño. Llenó una piel de oveja con azufre y la colocó debajo de la madriguera del dragón por la noche. Cuando el dragón se despertó y vio su potencial desayuno, aprovechó la oportunidad y se comió la oveja. El azufre comenzó a quemarlo desde el interior. La bestia corrió hacia la orilla del río Vístula. El dragón bebió, bebió y bebió hasta que... explotó, y así fue como llegó a su fin. En memoria de esta leyenda, se erigió una estatua de dragón escupidor de fuego frente a la verdadera cueva debajo del Castillo de Wawel.

Descubre más sobre la leyenda del dragón de Wawel aquí.

Huesos de dragón

Hubo un dragón, y hay huesos. A la entrada de la Catedral de Wawel, hay enormes huesos colgando de una cadena. La leyenda cuenta que pertenecían al Dragón de Wawel, y si caen, la colina de Wawel colapsará en el suelo y comenzará el fin del mundo. Afortunadamente, los conservadores de la Catedral de Wawel prestan especial atención al cuidado de las cadenas, por lo que no debería suceder nada pronto.

De hecho, las investigaciones han demostrado que estos son huesos de rinocerontes, ballenas y mamuts.

La leyenda de la cabeza parlante

Una de las salas más impresionantes del Castillo Real de Wawel es la Sala de los Enviados, debido a su interesante techo con esculturas de pequeñas cabezas. Estas son retratos de nobleza y burgueses. Las esculturas simbolizan la apertura de los reyes polacos a los problemas cotidianos de todas las personas. No es casualidad, Una de las salas más impresionantes del Castillo Real de Wawel es la Sala de los Enviados, debido a su interesante techo con esculturas de pequeñas cabezas. Estas son retratos de nobleza y burgueses. Las esculturas simbolizan la apertura de los reyes polacos a los problemas cotidianos de todas las personas. No es casualidad, ya que en la Sala de los Enviados se llevaron a cabo audiencias y juicios. Sin embargo, una de las cabezas no coincide con las demás, porque tiene la boca tapada. La leyenda, que se remonta a los tiempos del Rey Segismundo Augusto, dice: uno de los mercaderes en el Mercado de la Tela de Cracovia vendía cinturones bellamente decorados. Desafortunadamente, un ladrón apareció y robó uno de ellos. Fue descubierto, y la gente en la multitud comenzó a gritar: "¡atrapen al ladrón!". El villano, sintiendo que no escaparía, decidió arrojar el objeto sigilosamente. Una pobre viuda notó el cinturón en el suelo. Apenas lo recogió, y comenzó a buscar al dueño, cuando la capturaron y la acusaron de robo. Las explicaciones fueron inútiles, y la mujer fue llevada ante el rey. Ese día, el monarca estaba extremadamente cansado. Escuchó solo a la multitud, y ni siquiera permitió que la mujer hablara: había sido capturada con un objeto robado, por lo que la culpa parecía obvia. Recibió una sentencia de prisión. La mujer desesperada gritó: "¡Si nadie quiere defenderme, que hablen al menos esas cabezas de madera!". De repente, cayó el silencio en la habitación. Una de las cabezas cobró vida y dijo: "Rex Auguste, iudica iuste" (latín: juzga justamente, Rey Augusto), y luego se calló de nuevo. Aunque el rey se sintió ofendido por el cuestionamiento de su sentencia, envió a sus hombres al mercado para investigar el asunto. Los enviados del rey encontraron rápidamente muchos testigos que declararon haber visto al hombre arrojar el cinturón. El caso fue desestimado, pero el rey ordenó tapar la boca de la cabeza parlante para que nadie volviera a interferir en su juicio.

Cabezas de Wawel, una de ellas habló según la leyenda

Fantasmas de la Catedral y la Dama Blanca del castillo

La Catedral de Wawel también está embrujada por tres fantasmas. El primero de ellos es el obispo Jan Grot, enterrado en la capilla de San Juan Evangelista. Mantiene el orden en la iglesia, incluso persigue al rey por pisar su tumba. A veces asusta a los turistas que se comportan inapropiadamente en el templo. Los otros dos fantasmas son el espíritu del obispo Paweł de Przemanek y el espíritu del obispo Zawisza de Kurozwęki. Estos dos son inofensivos, hacen penitencia en la Catedral de Wawel por sus vidas disolutas. A veces piden a los visitantes una oración. En el Castillo Real de Wawel, por la noche puedes encontrarte con el espíritu de la hermosa Barbara Radziwiłłówna. Ella fue la amada esposa del rey Segismundo Augusto, que murió poco después de su boda. Segismundo Augusto amaba tanto a su esposa que quería verla de nuevo. Esta tarea fue emprendida por el famoso maestro Twardowski, el héroe de muchas leyendas de Cracovia. Cuando estaba lanzando un hechizo, ordenó al rey que no se moviera cuando apareciera el fantasma de Barbara. Sin embargo, cuando vio el fantasma de su esposa, el rey quería arrojarse a sus brazos. Twardowski lo detuvo, pero Barbara desapareció. Desde entonces, el alma de la reina está suspendida entre el mundo de los vivos y los muertos. Por lo tanto, pasa su eternidad paseando por la colina de Wawel por la noche.

El señor Twardowski llama al espíritu de Barbara Radziwiłłówna ante el rey Zygmunt August, pintura de Wojciech Gerson

La Campana de Segismundo

La campana más famosa de Polonia. La Campana de Segismundo suena solo durante las festividades y celebraciones más importantes. Su repique también acompaña a los polacos más distinguidos en su último viaje. Hay varias leyendas asociadas a la campana. Según una de ellas, Segismundo I el Viejo, después de la victoria sobre los moscovitas, decidió fundir todas las armas incautadas en una gran campana como señal de agradecimiento a Dios por el éxito en la batalla. Los fundidores de la campana hacían su trabajo más agradable con música. Un músico dejó accidentalmente su laúd caer dentro del molde. Aparentemente, gracias a esto, la Campana de Segismundo tiene un sonido hermoso y único. Otra leyenda cuenta sobre un niño de 13 años, Staś, que vivía al pie del Castillo de Wawel. Un día, mientras jugaba con sus amigos, decidió subir a las torres de la iglesia para ver la famosa campana. En la cima, Staś tiró de la cuerda y balanceó el badajo de la campana. La diversión no duró mucho porque los chicos fueron detenidos rápidamente por los monjes enojados. Los llevaron abajo, donde ya estaba esperando el obispo. Staś admitió que fue su idea hacer sonar la campana. Quería escucharla sonar para él. "Segismundo suena solo para hombres de honor" - le reprochó el obispo. Luego, Staś dijo que algún día se convertiría en un hombre tan destacado. Años después, resultó que realmente cumplió su palabra porque el niño era Stanisław Wyspiański, un destacado artista polaco. Cuando murió en 1907, según sus deseos, no se pronunciaron discursos en su funeral. Lo único que se despidió de él fue el sonido de la Campana de Segismundo. Según las creencias, mientras la Campana de Segismundo cuelgue en la torre de la Catedral de Wawel, Cracovia no correrá peligro, su sonido dispersa las nubes. Tocar el badajo de la campana trae buena suerte.

La Campana de Segismundo - tocar el corazón de la campana trae buena suerte

Deliberaciones de Nochebuena

En Nochebuena, los fantasmas de los antiguos reyes tienen una reunión en el sótano del Castillo de Wawel. Se sientan durante horas y debaten sobre el destino de Polonia. Son presididos por Bolesław Chrobry (el primer rey coronado de Polonia). Después de un tiempo, aparece en la cámara un caballero anormalmente grande. "¿Es hora, mi señor?" pregunta el caballero. "No, aún no", dice Chrobry.

Entonces todo desaparece.

La pregunta del caballero está relacionada con otra leyenda polaca, según la cual, un ejército encantado duerme en las Montañas Tatra en el monte Giewont. Despertarán y lucharán en un momento crítico para el país.

Bolesław the Brave

La Chakra de Wawel

Esta leyenda es una teoría popular entre los fans de lo esotérico. Según ellos, una piedra mágica está escondida debajo del Castillo de Wawel. La historia está conectada con las creencias sobre el dios hindú Shiva, quien arrojó siete piedras mágicas en siete direcciones del mundo. La leyenda de la chakra es muy joven, se creó durante la Segunda República Polaca y tuvo un renacimiento en la década de 1980 gracias al movimiento New Age. Las personas que creen en la chakra de Wawel afirman que pueden absorber energía vital y sabiduría de una piedra mágica. Creen que incluso una breve estancia en el área de la chakra permite sumergirse en la relajación.

¿Existe realmente la piedra? Nadie lo sabe, pero hay que admitir que una visita a la colina de Wawel es realmente relajante y el contacto con la historia, que parece cobrar vida en este lugar, puede ser una experiencia casi mágica. Así que, incluso si no se cree en las chakras, los fantasmas y los dragones, vale la pena visitar el castillo de Wawel y caminar siguiendo los pasos de las leyendas.

Los amantes del misticismo visitan Wawel en busca de la chakra oculta.
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